Invitamos a todos a degustar nuestras JALEAS ORGANICAS DE VINO MALBEC , en Cabrales sa de la calle Alberti y Guemes , Mar del Plata.
El proximo sabado 17 de Julio , el horario es de 16,30 a 20, 30hs.
LOS ESPERAMOS !!
miércoles, 14 de julio de 2010
DEGUSTACION JALEA ORGANICA DE VINO MALBEC
Invitamos a todos a degustar nuestras JALEAS ORGANICAS DE VINO MALBEC , en Cabrales sa de la calle Alberti y Guemes , Mar del Plata.
El proximo sabado 17 de Julio , el horario es de 16,30 a 20, 30hs.
LOS ESPERAMOS !!
domingo, 4 de julio de 2010
MOUSSE DE CIRUELAS AL MALBEC
Un postre rápido de hacer que seguramente les gustará a todos. Además las ciruelas contienen buena cantidad de vitamina E y un poderoso antioxidante. Desde hace mucho tiempo se le considera una fruta como elixir natural para el mantenimiento de la juventud.
Ingredientes:
1 kilo de ciruelas secas
1 Pocillo de miel
1 taza de ricota
1 salsa organica de vino malbec DELLA ZIA
Preparación:
Tierniza las ciruelas dejándolas en remojo en medio litro de agua por los menos por dos horas. Conserva el líquido y en él mismo llévalas al fuego, hierve. Cuando estén cocidas, retira del fuego y deja enfriar.
Retírales el carozo y licua junto con un pocillo de la miel.
Para servir pon en compoteras adornadas con un copete de ricota aromatizada y endulzada con 1 botellita de 170 cm3 de salsa organica de vino Malbec DELLA ZIA.
viernes, 4 de junio de 2010
FUNDI VINO DEL MUNDIAL DE FOOTBALL 2010 ?
Los vinos Fundi forman parte de un proyecto de la industria vitivinícola de Sud Afríca para juntar fondos con el fin de entrenar mozos especializados en vinos. El objetivo es profesionalizar en servicio a 2000 estudiantes no sólo para atender a los turistas que llegarán para la copa mundial, sino para que se queden en el mercado. De hecho, "fundi" significa en idioma zulú
“estudiante”. El vino ha sido elaborado con diversas variedades de tintas, como Cabernet Sauvignon, Syrah o Merlot.
Vinos y mundial
Los amantes del vino podrán degustar algunos de los mejores vinos del mundo durante el Mundial de Fútbol en Sudáfrica. Uno de los principales expertos en vinos, Patrick Durkin, quien recientemente estuvo de visita en Johannesburgo, el epicentro del cultivo de uvas para vino y de la industria vitícola de África ha declarado que ..."es uno de los lugares más hermosos que he estado alguna vez en mi vida, y eso que he viajado por todo el mundo ampliamente".
Muchas Guías de Viajes internacionales hablan de los viñedos colgantes con uvas verdes y moradas endógenas de Sudáfrica como uno de los destinos más pintorescos en la tierra que deben visitarse obligatoriamente, que además están enclavados en antiguos pueblos que datan de los años 1600, con casas de estilo neerlandés y montañas escarpadas, a veces cubiertas de nieve durante el invierno.
Los alojamientos en todas las zonas de sembradios de vino están agotados durante todo el mes que dura la Copa Mundial. Miles de fanáticos extranjeros del fútbol se quedaran aquí para apoyar a sus equipos, pero también para aprovechar la degustación de algunos de los mejores vinos en este planeta.
El vino creado en Sud África para entrenar mozos que sepan servir vinos
Agradecimiento especial: Mariano Martín
- Sabores y Destinos -
Gracias a la profunda investigación de Mariano Martín quien se comunicó con Tessa de Koch, a Sud África, podemos desmentir que el Fundi sea el vino del mundial
fuente blog;elartedelvino
domingo, 16 de mayo de 2010
EL EROSTISMO DEL VINO
Sobre las virtudes afrodisiacas de esta bebida, que relaja el sistema nervioso, calma la ansiedad, desinhibe y enciende la líbido.
Desde sus orígenes, el jugo fermentado de la uva ha tenido una estrecha relación con el amor y el sexo. Para algunos y algunas, el vino es un afrodisíaco perfecto. Para otros y otras es un agente erótico, que evoca, desde la forma de la botella hasta lo más profundo de su esencia, todas las formas del amor sublime y del amor carnal.
No se trata de decir que cada vez que abrimos una botella o que llevamos un sorbo de vino a la boca nos queremos desvestir o retirarle los ropajes al prójimo. No. Lo primero que debemos reconocerle es su función de acompañante perfecto con nuestros alimentos, pues se ha comprobado que potencia los aromas y sabores de los ingredientes culinarios, mejora nuestras experiencias sensoriales en boca y nariz, equilibra las sensaciones extremas por complementación o por contraste, reduce los ácidos grasos en las carnes rojas y obra como un excelente digestivo.
En cuanto a sus virtudes afrodisíacas, habría que mirar qué tanto es el vino un instigador psicofisiológico (que agudiza nuestra agudeza táctil, visual y organoléptica) y qué tanto es un brebaje que, al ingerirse, enciende la libido en nuestro interior.
En cuanto a los cambios internos —los mismos que podríamos atribuirles a los mariscos, el ginseng, el polen, la jalea real o el viagra—, la ingesta de vino relaja el sistema nervioso, calma la ansiedad y desinhibe. En otras palabras, nos hace bajar la guardia y nos predispone a juegos que normalmente evitaríamos. El secreto está en saber dejarse llevar y en beber las dosis perfectas para evitar la advertencia que hace Porter en el acto II de la escena III de Macbeth (la inmortal obra se Shakespeare) cuando, respondiendo a Macduff, dice que una de las cosas que provoca la bebida es la lujuria: “…Señor, provoca y no provoca; provoca el deseo, pero impide el desempeño”.
Como los efectos del alcohol en el organismo se miden según el peso corporal de las personas, se ha establecido que alguien de 75 kilos de peso puede tolerar, como máximo, una media botella de vino antes de que las ondas afrodisíacas se apaguen debido a la acción de la sobrecarga. Es decir, corremos el riesgo de ahogar la euforia inicial y de entrar en el abominable aturdimiento.
Muchos prefieren pensar, más que en las propiedades afrodisíacas del vino, en su mensaje erótico. Dionisio, la deidad griega por cuyas venas se aseguraba que corrían sangre y vino al mismo tiempo, mantuvo con Eros —el dios de la atracción, el amor y el sexo— una estrecha relación, de la cual aprendimos mucho sobre el erotismo masculino. De Afrodita, en cambio, aprendimos sobre el amor entre géneros.
Si comparamos a un enófilo consumado con un hombre presa del erotismo, entendemos que su gran satisfacción siempre gira alrededor de lo nuevo y de lo variado. Le encanta voltear la vista en busca de un vestido, de una forma corporal o de una mirada cómplice. De aquí podemos inferir que los buenos bebedores de vino, como los hombres eróticos, sueñan con elegir diferentes opciones y descubrir en cada una de ellas sus misteriosas diferencias. Prefieren los tintos porque el color carmesí se asemeja al rubor de la mujer y equivale al color del amor y la pasión. Admiran las botellas con formas definidas y se dejan seducir por las etiquetas, como lo harían frente a un traje tallado.
Por su parte, la buena bebedora busca (más que formas) seguridad, delicadeza y elegancia. La seducen los vinos vigorosos y firmes, como el Cabernet Sauvignon. Más que el hombre, es dada a seguir de cerca el ritual del servicio del vino, como, por ejemplo, la forma como el descorchador se mueve rítmicamente hacia abajo para extraer delicadamente el tapón. Por su natural capacidad de captar aromas, la seduce la exhuberancia aromática, porque insinúa el aliento de su amado. A diferencia del hombre (que se inclina por las descargas súbitas), a la mujer le gustan todos aquellos sabores prolongados y persistentes.
En torno a este tema ha habido estudios científicos del vino que avalan la creencia de que sus aromas tienen sus equivalencias en las feromonas humanas, es decir, en aquellas sustancias liberadas por el cuerpo. Variedades como la Cabernet Sauvignon, por ejemplo, especialmente si se añeja en barricas de roble nuevas, huele como la androsterona, es decir, la principal manifestación del olor masculino. La champaña francesa, por el contrario, encierra un alto porcentaje de ácido isovalérico, asociado al olor a mujer.
Un escritor latinoamericano que se ha ocupado de este tema en varios escritos —y cuya lectura siempre es motivante e inspiradora, porque obliga a ver el vino desde otras fronteras— es el brasileño Marcelo Copello, quien en su libro Vino y algo más toca todos estos temas con gran tino y maestría. Dice, por ejemplo, que “cada trago de vino es un beso, un acto erótico que representa la fusión de las respiraciones y que, en los rituales tántricos, simboliza la fusión de las almas. Rápidamente el vino hará su efecto, inhibiendo la ansiedad y la timidez, calentando los cuerpos y alegrando el espíritu”.
Quienes hayan visto la película Entre copas, del director estadounidense Alexander Payne, quizás hayan percibido la enorme carga erótica de su contenido. Es, definitivamente, uno de los mejores tributos a su poder erótico.
Al final (como lo sabemos todos de manera intuitiva), el vino siempre nos hechizará, porque en sus distintos tipos y estilos encierra el mundo de los géneros. Los blancos y rosados atraen por sus expresiones aromáticas y por su suavidad (como la mujer), mientras que los tintos transmiten potencia, densidad y cuerpo (como el hombre). Igualmente, los espumantes nos envuelven en su delicioso cosquilleo, como una hábil caricia.
Afrodisíacos, eróticos y alimenticios, los vinos nos hacen sentir la vida de otra forma y, como dice Copello, nos acercan a los demás sin la presencia de obstáculos ni barreras. En otras palabras, nos permiten viajar hacia el amor.
fuente :Hugo Sabogal
Desde sus orígenes, el jugo fermentado de la uva ha tenido una estrecha relación con el amor y el sexo. Para algunos y algunas, el vino es un afrodisíaco perfecto. Para otros y otras es un agente erótico, que evoca, desde la forma de la botella hasta lo más profundo de su esencia, todas las formas del amor sublime y del amor carnal.
No se trata de decir que cada vez que abrimos una botella o que llevamos un sorbo de vino a la boca nos queremos desvestir o retirarle los ropajes al prójimo. No. Lo primero que debemos reconocerle es su función de acompañante perfecto con nuestros alimentos, pues se ha comprobado que potencia los aromas y sabores de los ingredientes culinarios, mejora nuestras experiencias sensoriales en boca y nariz, equilibra las sensaciones extremas por complementación o por contraste, reduce los ácidos grasos en las carnes rojas y obra como un excelente digestivo.
En cuanto a sus virtudes afrodisíacas, habría que mirar qué tanto es el vino un instigador psicofisiológico (que agudiza nuestra agudeza táctil, visual y organoléptica) y qué tanto es un brebaje que, al ingerirse, enciende la libido en nuestro interior.
En cuanto a los cambios internos —los mismos que podríamos atribuirles a los mariscos, el ginseng, el polen, la jalea real o el viagra—, la ingesta de vino relaja el sistema nervioso, calma la ansiedad y desinhibe. En otras palabras, nos hace bajar la guardia y nos predispone a juegos que normalmente evitaríamos. El secreto está en saber dejarse llevar y en beber las dosis perfectas para evitar la advertencia que hace Porter en el acto II de la escena III de Macbeth (la inmortal obra se Shakespeare) cuando, respondiendo a Macduff, dice que una de las cosas que provoca la bebida es la lujuria: “…Señor, provoca y no provoca; provoca el deseo, pero impide el desempeño”.
Como los efectos del alcohol en el organismo se miden según el peso corporal de las personas, se ha establecido que alguien de 75 kilos de peso puede tolerar, como máximo, una media botella de vino antes de que las ondas afrodisíacas se apaguen debido a la acción de la sobrecarga. Es decir, corremos el riesgo de ahogar la euforia inicial y de entrar en el abominable aturdimiento.
Muchos prefieren pensar, más que en las propiedades afrodisíacas del vino, en su mensaje erótico. Dionisio, la deidad griega por cuyas venas se aseguraba que corrían sangre y vino al mismo tiempo, mantuvo con Eros —el dios de la atracción, el amor y el sexo— una estrecha relación, de la cual aprendimos mucho sobre el erotismo masculino. De Afrodita, en cambio, aprendimos sobre el amor entre géneros.
Si comparamos a un enófilo consumado con un hombre presa del erotismo, entendemos que su gran satisfacción siempre gira alrededor de lo nuevo y de lo variado. Le encanta voltear la vista en busca de un vestido, de una forma corporal o de una mirada cómplice. De aquí podemos inferir que los buenos bebedores de vino, como los hombres eróticos, sueñan con elegir diferentes opciones y descubrir en cada una de ellas sus misteriosas diferencias. Prefieren los tintos porque el color carmesí se asemeja al rubor de la mujer y equivale al color del amor y la pasión. Admiran las botellas con formas definidas y se dejan seducir por las etiquetas, como lo harían frente a un traje tallado.
Por su parte, la buena bebedora busca (más que formas) seguridad, delicadeza y elegancia. La seducen los vinos vigorosos y firmes, como el Cabernet Sauvignon. Más que el hombre, es dada a seguir de cerca el ritual del servicio del vino, como, por ejemplo, la forma como el descorchador se mueve rítmicamente hacia abajo para extraer delicadamente el tapón. Por su natural capacidad de captar aromas, la seduce la exhuberancia aromática, porque insinúa el aliento de su amado. A diferencia del hombre (que se inclina por las descargas súbitas), a la mujer le gustan todos aquellos sabores prolongados y persistentes.
En torno a este tema ha habido estudios científicos del vino que avalan la creencia de que sus aromas tienen sus equivalencias en las feromonas humanas, es decir, en aquellas sustancias liberadas por el cuerpo. Variedades como la Cabernet Sauvignon, por ejemplo, especialmente si se añeja en barricas de roble nuevas, huele como la androsterona, es decir, la principal manifestación del olor masculino. La champaña francesa, por el contrario, encierra un alto porcentaje de ácido isovalérico, asociado al olor a mujer.
Un escritor latinoamericano que se ha ocupado de este tema en varios escritos —y cuya lectura siempre es motivante e inspiradora, porque obliga a ver el vino desde otras fronteras— es el brasileño Marcelo Copello, quien en su libro Vino y algo más toca todos estos temas con gran tino y maestría. Dice, por ejemplo, que “cada trago de vino es un beso, un acto erótico que representa la fusión de las respiraciones y que, en los rituales tántricos, simboliza la fusión de las almas. Rápidamente el vino hará su efecto, inhibiendo la ansiedad y la timidez, calentando los cuerpos y alegrando el espíritu”.
Quienes hayan visto la película Entre copas, del director estadounidense Alexander Payne, quizás hayan percibido la enorme carga erótica de su contenido. Es, definitivamente, uno de los mejores tributos a su poder erótico.
Al final (como lo sabemos todos de manera intuitiva), el vino siempre nos hechizará, porque en sus distintos tipos y estilos encierra el mundo de los géneros. Los blancos y rosados atraen por sus expresiones aromáticas y por su suavidad (como la mujer), mientras que los tintos transmiten potencia, densidad y cuerpo (como el hombre). Igualmente, los espumantes nos envuelven en su delicioso cosquilleo, como una hábil caricia.
Afrodisíacos, eróticos y alimenticios, los vinos nos hacen sentir la vida de otra forma y, como dice Copello, nos acercan a los demás sin la presencia de obstáculos ni barreras. En otras palabras, nos permiten viajar hacia el amor.
fuente :Hugo Sabogal
martes, 6 de abril de 2010
TERREMOTO Denominacion de Origen para vinos chilenos
La propuesta mas audaz de marketing propuesta por un Argentino , denominacion de origen TERREMOTO para los vinos chilenos de valle del Maule y Bio Bio.
By Dereck Foster For the Herald Buenos Aires
By Dereck Foster For the Herald Buenos Aires
Nobody can deny the gravity or the long range results of Chile’s greatest earthquake disaster in at least 50 years — and probably more, according to many. None more than Chilean winemakers, who were caught in the height of the harvest season, some with must already fermenting in barrels and tanks, and some in the middle of harvesting. While definitive figures are still not available — and will probably not be available for some time yet — it is estimated that at least 125 million liters have been lost, with the total increasing as the situation is brought under control.
Not only have winery installations been ruined or seriously damaged, wine casks and barrels — in addition to fermentation tanks in full production — smashed, and vineyards flattened, most of them — those that had not yet been harvested — laden with grapes ready for crushing and fermentation, but housing and ancilliary buildings also devastated, bringing most of the owners and managers to the point of having to make a choice: rebuild their dwellings or their wineries. Most, especially those who do not have the benefit of insurance, have elected the latter. Without wine there is no income. But even many of these small operations are beyond visible salvation. The situation in Chilean winelands will be substantially different from now on, with many small but highly res pected Chilean wine labels absent from the marketplace – both domestic and international.
However, even in the direst of times one must try and avoid crying over spilt wine. From the ruins of the earthquake some sort of silver lining must be found. (If it is gold, so much the better) But where, out of the horrifying pile of trash and stench, ruin and despair,can such a lining be found? The answer must be found in the ability to turn disaster into a virtue. Those winemakers who have saved all or part of their wine — both that which was quietly ageing in dark and silent cellars, as well as the new wine that they are able to make — could use a marketing ploy that would enable them to enjoy an increase in the price they can ask, as well as promoting their wines abroad even more effectively than up to now, (which is saying quite a lot).
So far as I am aware, no basic manual devoted to the making of wine advocates the sudden and profound shaking and churning of wine — either in the making or during maturing — as was suffered by the Chilean wines of the 2010 vintage. Assuming that these wines — or at least some of them — survived the experience and turned out to be drinkable, they would form a family of wines that would be unique. They would be Earthquake Wines. Indeed, as might possibly be the case, they could quite likely assume a character and a flavour never before obtained deliberately in a winery. They would become collectors’ items nestling in cellars the world over.
This is a flight of fancy that is not based on any solid fact, but how many “impossible” features in the wine world have been the result of accidental events? The most familiar is probably the genesis of champagne (sparkling) wine and the birth of brandy.
One factor that Chilean wine lovers must bear in mind: the cost of wine is sure to increase due to the demand for grape from the large wineries that best survived the disaster and a generalized increase in overall expenses. This will probably not translate into the export side of the business, but domestic consumption will probably feel the pinch. And there is one side of the coin which has not been mentioned — at least so far. This is the fact that many Chilean wineries also run wineries — or at least vineyards —in Argentina, which were not affected by the quake. They may not be Earthquake Wines, but they are money in the bank all the same.
On a different subject altogether, I wish to say a couple of words regarding wine by the glass in restaurants. While I am not overly enthusiastic about the matter, and only feel at ease when I see the wine being poured from a just opened bottle, I must admit that when I am eating on my own for my own pleasure, a glass of wine makes all the difference to the meal. However, a whole bottle is too much and half bottles are either difficult to find on a wine list, or are of a level that fails to raise much enthusiasm. However, the main fly in the wine is to be found in the price one is asked to pay for a single glass. More and more frequently a glass is charged as a price that comes to around 50% of a whole bottle and far too frequently, more. This is not to be tolerated, especially when a half bottle of mineral water is even higher — such as 12 pesos that I was charged at Selquet for a small bottle of Villavicencio. One is almost forced to eat dry.
Not only have winery installations been ruined or seriously damaged, wine casks and barrels — in addition to fermentation tanks in full production — smashed, and vineyards flattened, most of them — those that had not yet been harvested — laden with grapes ready for crushing and fermentation, but housing and ancilliary buildings also devastated, bringing most of the owners and managers to the point of having to make a choice: rebuild their dwellings or their wineries. Most, especially those who do not have the benefit of insurance, have elected the latter. Without wine there is no income. But even many of these small operations are beyond visible salvation. The situation in Chilean winelands will be substantially different from now on, with many small but highly res pected Chilean wine labels absent from the marketplace – both domestic and international.
However, even in the direst of times one must try and avoid crying over spilt wine. From the ruins of the earthquake some sort of silver lining must be found. (If it is gold, so much the better) But where, out of the horrifying pile of trash and stench, ruin and despair,can such a lining be found? The answer must be found in the ability to turn disaster into a virtue. Those winemakers who have saved all or part of their wine — both that which was quietly ageing in dark and silent cellars, as well as the new wine that they are able to make — could use a marketing ploy that would enable them to enjoy an increase in the price they can ask, as well as promoting their wines abroad even more effectively than up to now, (which is saying quite a lot).
So far as I am aware, no basic manual devoted to the making of wine advocates the sudden and profound shaking and churning of wine — either in the making or during maturing — as was suffered by the Chilean wines of the 2010 vintage. Assuming that these wines — or at least some of them — survived the experience and turned out to be drinkable, they would form a family of wines that would be unique. They would be Earthquake Wines. Indeed, as might possibly be the case, they could quite likely assume a character and a flavour never before obtained deliberately in a winery. They would become collectors’ items nestling in cellars the world over.
This is a flight of fancy that is not based on any solid fact, but how many “impossible” features in the wine world have been the result of accidental events? The most familiar is probably the genesis of champagne (sparkling) wine and the birth of brandy.
One factor that Chilean wine lovers must bear in mind: the cost of wine is sure to increase due to the demand for grape from the large wineries that best survived the disaster and a generalized increase in overall expenses. This will probably not translate into the export side of the business, but domestic consumption will probably feel the pinch. And there is one side of the coin which has not been mentioned — at least so far. This is the fact that many Chilean wineries also run wineries — or at least vineyards —in Argentina, which were not affected by the quake. They may not be Earthquake Wines, but they are money in the bank all the same.
On a different subject altogether, I wish to say a couple of words regarding wine by the glass in restaurants. While I am not overly enthusiastic about the matter, and only feel at ease when I see the wine being poured from a just opened bottle, I must admit that when I am eating on my own for my own pleasure, a glass of wine makes all the difference to the meal. However, a whole bottle is too much and half bottles are either difficult to find on a wine list, or are of a level that fails to raise much enthusiasm. However, the main fly in the wine is to be found in the price one is asked to pay for a single glass. More and more frequently a glass is charged as a price that comes to around 50% of a whole bottle and far too frequently, more. This is not to be tolerated, especially when a half bottle of mineral water is even higher — such as 12 pesos that I was charged at Selquet for a small bottle of Villavicencio. One is almost forced to eat dry.
miércoles, 24 de marzo de 2010
POCIMA REVITALIZADORA
Ingredientes:
1 litro de vino blanco seco de buena calidad,
Un trozo de jengibre fresco,
1/2 nuez moscada,
1 rama de canela,
3 clavos de olor,
5 granos de cardomomo,
5 cucharadas de miel pura de abeja,
5 cucharadas de agua de azahar,
5 hojas de hierba Luisa .
Procedimiento:
En un caldero de barro o cristal poner el vino y agregar todos los elementos enteros, menos el cardomomo que ha de machacarse ligeramente.
Ponerlo sobre el fuego y calentarlo sin llegar a hervir. Tapar y dejar enfriar. Una vez frío agregar la miel y el agua de azahar. Filtrar y guardar en botellas de cristal oscuro en la nevera.
Se recomienda tomar en pareja una copita antes de las comidas
1 litro de vino blanco seco de buena calidad,
Un trozo de jengibre fresco,
1/2 nuez moscada,
1 rama de canela,
3 clavos de olor,
5 granos de cardomomo,
5 cucharadas de miel pura de abeja,
5 cucharadas de agua de azahar,
5 hojas de hierba Luisa .
Procedimiento:
En un caldero de barro o cristal poner el vino y agregar todos los elementos enteros, menos el cardomomo que ha de machacarse ligeramente.
Ponerlo sobre el fuego y calentarlo sin llegar a hervir. Tapar y dejar enfriar. Una vez frío agregar la miel y el agua de azahar. Filtrar y guardar en botellas de cristal oscuro en la nevera.
Se recomienda tomar en pareja una copita antes de las comidas
domingo, 21 de marzo de 2010
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